La salida de la crisis de España está plagada de ‘trampas’ que amenazan la recuperación económica

Parece que lo peor para las economías europeas ha quedado atrás, lo que no quiere decir, ni mucho menos, que ahora el PIB y el empleo vayan a crecer con brío. Europa se enfrenta a una recuperación económica que puede estar plagada de asimetrías, tantas como las diferencias entre las economías que componen el euro. La estructura económica de cada país y los niveles de deuda son clave para la recuperación que viene. La economía de España es una de las que cuenta con un mayor número de lastres que amenazan con entorpecer el ‘vuelo’ de la recuperación, que debería comenzar en el tercer trimestre del año. Por el contrario, Alemania se encuentra a la cabeza de los países mejor preparados para que su PIB recupere la senda del crecimiento con vigorosidad.

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Los economistas de BNP Paribas han realizado un análisis exhaustivo de los puntos débiles y fortalezas para afrontar la recuperación económica dentro de las grandes potencias de la zona euro. Mientras que Alemania parece tener el camino más llano para despegar, España e Italia cuentan con una calzada llena de baches y trampas que pueden dificultar el vuelo de la recuperación. Por otro lado, Francia parece encontrarse en un lugar intermedio, pero más cerca de sus vecinos del sur que de Alemania.

«La forma de la recuperación de la crisis dependerá de las características de cada economía, de la respuesta fiscal y el nivel de integración en las cadenas de valor mundiales. Incluso antes de la crisis del coronavirus, algunas economías de la Eurozona eran más vulnerables que otras. Los altos niveles de deuda o desempleo podrían limitar la fortaleza de la recuperación», explican Hélène Baudchon, Louis Boisset, Guillaume Derrien y Raymond van der Putten, autores del informe del banco de inversión francés.

Un camino lleno de baches para España

 

Son hasta siete factores los que otorgan a la economía española un potencial de recuperación relativamente bajo. Primero, el elevado porcentaje de pequeñas y medianas empresas, que tienen menor capacidad para invertir y sumar a la productividad agregada del país, como también ha advertido el Banco Internacional de Pagos. Según Eurostat, la mitad de los puestos de trabajo en el sector empresarial dentro de la UE-27 están en pequeñas empresas con menos de 50 empleados. Esta cifra se eleva al 64% en Italia y al 58,3% en España (con un peso muy elevado de las microempresas de menos de 10 empleados). Por el contrario, en Alemania, cuya economía se basa más en la industria y las economías de escala, solo el 43% del empleo se encuentra en pequeñas empresas. La cifra en Francia es aún más baja, con un 40,6%.

«Quedan preguntas importantes sobre la capacidad de estas pequeñas empresas para superar la crisis económica, particularmente una vez que el apoyo gubernamental llegue a su fin. Las pymes son las más vulnerables a la situación actual, dadas sus posiciones de liquidez más débiles. Las pequeñas empresas a menudo también se enfrentan a más dificultades para beneficiarse de los esquemas de apoyo existentes… Además, Italia y España son los dos países donde la contracción económica podría ser mayor en el segundo trimestre de 2020, lo que acentuaría aún más las dificultades financieras de las pequeñas empresas en estos países», señalan desde BNP.

Por otro lado está la precariedad del mercado laboral (elevado desempleo y una tasa de temporalidad casi sin parangón en la zona euro), muy relacionado también con lo anterior. En general, los trabajadores con contratos temporales se han visto más afectados por la crisis del coronavirus, puesto que a menudo pierden sus empleos y tienen un acceso más limitado a los esquemas de trabajo de corta duración (en el caso de España conocidos como Ertes). «Además, varias ramas del sector servicios que usan contratos temporales intensivos continuarán teniendo poca o ninguna actividad después del final del bloqueo. Esto es particularmente cierto para los sectores cultural, turístico y deportivo. España, debido en gran parte a la importancia de la industria turística, es el país europeo que más depende de los contratos temporales (22% del empleo total). Francia e Italia están ligeramente por encima de la media europea, con un 13,7% y un 13,1% respectivamente, mientras que la cifra es del 10% en Alemania».

La recuperación del consumo

 

También será muy importante ver cómo se recupera el consumo y si el ahorro ‘forzoso’ al que han sido sometidos los hogares se transforma en consumo de una forma vigorosa, impulsando el PIB. El gasto del consumidor es la parte más importante del PIB (algo más del 50% para Alemania y Francia, y el 60% para Italia y España). También es el componente de demanda con mayor probabilidad de recuperarse de forma rápida a medida que se abren las economías y se empieza a usar el ahorro acumulado durante el período de cierre.

La Comisión espera que la tasa de ahorro de los hogares aumente en 2020 entre 6 y 7 puntos en Alemania, Francia, Italia y España. Esto elevaría las tasas de ahorro de los hogares al 25% en Alemania, el 22% en Francia, el 17% en Italia y el 14% en España. Para que este ahorro vuelve a fluir y se transforme en demanda interna resulta fundamental que los hogares tengan un nivel elevado de confianza (un mercado laboral fuerte) y parte de unos niveles de endeudamiento bajo (un endeudamiento elevado podría llevar a los hogares a usar ese ahorro para reducir su apalancamiento).

De nuevo, España se encuentra en una posición compleja por elevado paro y la precariedad del mercado laboral. Aunque el endeudamiento de los hogares sobre PIB (57%) es más bajo que en Francia (60%), sigue siendo más elevado que en Alemania (53%) e Italia (40%). Todo ello pone en duda la recuperación fuerte del consumo.

La industria también se verá afectada por la variable del comercio mundial y la incertidumbre sobre su recuperación, además de un contexto de posible ‘desglobalización’. No obstante, es posible que Alemania recurra al poder de su industria exportadora para recuperarse más rápido que sus socios de la Eurozona. Como señalaban desde Deutsche Bank en un informe sobre las exportaciones alemanas, el sector confía en virar de forma radical sus ventas hacia Asia, donde la recuperación ha comenzado antes y podría ser más fuerte que en Europa.

«Esto podría tener un efecto favorable a corto plazo, pero a largo plazo, en el mundo posterior a la crisis, podría ser una desventaja. Alemania parece más expuesta que sus socios a cualquier vulnerabilidad en su modelo de crecimiento (basado en su poderosa industria de exportación) en caso de un cambio de paradigma (hacia la ‘descarbonización’ y menos dependiente del comercio). Pero esto no quiere decir que las cosas vayan a ir mucho mejor para las otras economías importantes de la Eurozona, que también necesitarían encontrar nuevas fuentes de crecimiento. El caso específico del turismo es un buen ejemplo de esto. Su peso importante en Francia, en Italia y aún más en España es un obstáculo claro en el camino actual hacia la recuperación. Su futuro sigue sin estar claro en el mundo post-coronavirus», advierten desde BNP Paribas.

El impulso fiscal también puede ser clave para lograr una recuperación poderosa y aquí también hay grandes diferencias. El apoyo fiscal directo, como porcentaje del PIB, ha sido mucho mayor en Alemania que en las otras tres grandes economías de la Eurozona. El apoyo directo en Alemania ascendió al 4,4% del PIB alemán, en comparación con el 1,2% en Italia y España y el 0,7% en Francia. Está claro que Alemania, debido a su gran superávit presupuestario antes de la crisis, tenía más margen de maniobra para abordar la crisis, explican los expertos del banco francés. El apoyo fiscal dependerán también del acuerdo al que se llegue en Europa sobre el Plan de Recuperación.

«Dicho esto, sobre la cuestión específica del trabajo a corto plazo (los esquemas de reducción de horas como los Ertes), el programa Kurzarbeit en Alemania es menos generoso, tanto en términos de los prestaciones pagadas como de su techo o máximo. Un trabajador alemán recibirá el 60% de su ingreso neto (67% si tiene hijos dependientes), en comparación con el 84% (70% del ingreso bruto) en Francia y el 70% del ingreso bruto en España. La cifra correspondiente en Italia es del 80%, por lo que es el esquema más generoso en esta medida. Con respecto al límite máximo, oscila entre 1.098 y 1.400 euros por mes en España e Italia, entre 2.750 y 2.890 euros en Alemania y en un nivel mucho más alto de unos 5.500 euros en Francia (70% de 4,5 veces el mínimo por hora salario)», exponen los economistas de BNP Paribas.

No obstante, Alemania, tanto desde una perspectiva estructural como fiscal, está en mejores condiciones para diseñar una recuperación más rápida en los próximos meses. Ya se pudo ver durante la anterior crisis económica que Alemania suele mostrar una mayor resistencia a las recesiones, incluso siendo una economía muy abierta al exterior. El mercado laboral resiste y eso oxígeno a las familias del país que pueden mantener de una forma más estable su capacidad de consumo.

De modo que España e Italia no solo van a ser los países más golpeados por la crisis, sino que también van a tener más problemas durante la recuperación económica. «La mayor dependencia de las pequeñas empresas y el turismo, el desempleo crónico y los niveles ya altos de deuda pública les hacen muy vulnerables. Francia se encuentra en el medio. El país comparte estas desventajas, aunque en menor grado. Esta también es una economía más resistente y, en este sentido, debería tener menos dificultades para recuperarse que Italia y España», sentencian los economistas de BNP.

Fuente: elEconomista.- 24/05/20.