Durante la última década la debilidad de la bolsa europea frente a la americana ha sido evidente, algo que se ha visto reflejado en unos retornos muy dispares y que este año se ha repetido, con el S&P 500 de nuevo muy por delante del Stoxx 600 o el EuroStoxx 50.
Y en las últimas semanas esta tendencia se ha hecho patente de nuevo con un mercado europeo que ha demostrado ser incapaz de subir sin la colaboración de la renta variable del otro lado del Atlántico.
Según los datos recopilados por Morgan Stanley, desde inicios de febrero, en las horas de cotización del mercado de Estados Unidos los futuros del EuroStoxx 50 logran un retorno del entorno del 5%, mientras que en las que solo está abierta la bolsa europea las pérdidas se acercarían al 20%. Finalmente, en el after hours los números rojos se mitigarían por debajo del 10%.
«El mejor periodo para las acciones europeas ha sido cuando el mercado de EEUU ha estado abierto. En el acumulado de esas horas las acciones de la región suben desde inicios de febrero. Por su parte, el comportamiento al cierre ha rebotado de manera fuerte desde mediados de marzo. Por contra, durante las horas de cotización exclusivamente europea el desempeño ha sido pobre, con las pérdidas acumuladas situándose cerca de mínimos del año», indican en la entidad norteamericana.
Más allá de esta dependencia, lo cierto es que Europa tiene complicado recuperar el terreno perdido. Durante todos estos años el elevado peso de la tecnología en Estados Unidos y el reducido a este lado del Atlántico han actuado como elemento diferenciador, al mismo tiempo que un sector en caída libre como el financiero ha tenido mucho más peso en el Viejo Continente. Esta tendencia ha cambiado en los últimos meses, con la tecnología convirtiéndose en el segundo sector por peso en Europa y la ponderación de la banca en los índices en zona de mínimos históricos.
Fuente: elEconomista.- 26/05/20.
